lakota Sioux

El Camino Rojo: Una forma de vida en balance con todo

El Camino Rojo es la herencia de sangre del indígena americano, la sangre es lo que representa al espíritu en el cuerpo, es buscar ser parte del todo, ninguna criatura es superior o inferior a otras, todas son necesarias para el gran círculo, es la sangre del guerrero que se ofrenda en busca de la regeneración, la verdad y el bien común.

Es una tradición que se compartió desde Alaska hasta La Patagonia y que es mucho más antigua que las religiones prehispánicas más renombradas, según estudios, el “chamanismo” de los pueblos originarios de América y sus ceremonias sagradas como la llamada “Danza del Sol” se practican desde hace más de tres mil años.

Cuando llego el tiempo de la llegada del hombre blanco la Tradición fue exterminada, pero se mantuvo viva por los hermanos del norte, quienes la trajeron hace unos años de vuelta a nosotros. Retomada recientemente por algunos movimientos de las corrientes: “New Age” y “neo mexicanidad”, la filosofía del Camino Rojo es aquella que busca relacionarse con el águila (El Gran espíritu Wakan-Tanka), para los Sioux-Lakotas el espíritu creador que da la vida, al padre cielo y a la madre tierra son los abuelos (los espíritus de los que ya han muerto y que son líderes espirituales) son los ancestros que nos guían con los seres de poder de la naturaleza.

Antes de la introducción del cristianismo, el término Wakan Tanka fue usado para referirse a una organización de las entidades sagradas, cuyas formas son misteriosas, por lo que el «Gran Misterio» normalmente se entiende como la energía o el carácter sagrado que se encuentra en todo, similar a otras muchas creencias animistas y panteístas. Wakan Tanka es el principio creador en las creencias lakotas, lo ha hecho todo y le ha otorgado espíritu a aquello que lo posee.

Este término describe también el conjunto de las cosas y aspectos sagrados, «wakan». Todo viene de Wakan Tanka, es Él el que ha colocado las piedras y minerales en el suelo y las plantas han salido de la tierra por su mano. También rige el cambio de las estaciones y el clima.

Si bien Wakan Tanka no es un ser personal, los lakotas se dirigen a él como «Ate» (Padre) y «Tunkašila» (Abuelo)

La influencia del cristianismo llevó a que los lakotas designaban a Wakan Tanka por el nombre de Gran Espíritu y que éste llegara a identificarse con el Dios Cristiano.

Wakan Tanka es la fuerza invisible, sin rostro que lo atraviesa todo. Es la fuerza que nos sostiene aquí adentro y que ha generado una tradición que viene desde los Pueblos de Origen (los pueblos originarios de América) y que esas tradiciones mantienen y sostienen el espíritu de un pueblo (anima mundis le llaman algunos). Un pueblo sobrevive gracias a su fe, a sus creencias, a sus tradiciones que le dan no solo una personalidad; si no que también le da un alma colectiva. Un espíritu que representa a un pueblo. El Camino Rojo representa eso para varios.

Esa es la danza, eso es el Camino Rojo.

El Camino Rojo no es luchar por el hombre o volverse todopoderoso, sino luchar contra las fuerzas que alteran el orden y buscar un balance. ¿Cómo puede ser el hombre mejor que los animales? Lo único que podemos enseñarles es a amar, pero ellos nos lo pueden enseñar todo. Ellos son puros y sin faltas. Nosotros no. ¿Qué cosa esta más cerca del Creador que alguien sin faltas? Lo que tenemos es por el Creador y lo único que podemos ofrecerle realmente que nos pertenece es a nosotros mismos.

“…Cada parcela de esta Tierra es sagrada para mi pueblo. Cada mata brillante de pino, cada grano de arena en las playas, cada gota de rocío en lo oscuro del bosque, cada altozano y hasta el sonido de cada insecto es sagrado a la memoria y al pasado de mi pueblo. La savia que circula por las venas de los árboles lleva consigo las memorias de los pieles rojas… Todo lo que ocurra a la Tierra les ocurrirá a los hijos de la Tierra. El hombre no tejió la trama de la vida: él es sólo un hilo. Lo que hace con la trama se lo hace así mismo”.

Jefe Seattle

La razón por la cual hay pocas palabras escritas sobre el Camino Rojo es que es contraria a la idea de que lo escrito es la palabra legítima, pues esta, la palabra escrita niega la palabra hablada. Si no está escrito no existe dicen lo que están fuera de este camino. Y el Camino Rojo es una tradición oral.

¿Cómo puedes capturar aquello que es sutil y que sucede en un breve instante? Si lo capturas deja de ser temporal y pierde su vida. ¿Porque el poder de la palabra oral? Por qué este mundo fue creado por el pensamiento de los seres sagrados y realizado por su palabra. Seres con los que se habla con nuestros rezos, palabras y cantos. Por eso la madre natural del hombre es la naturaleza y por consiguiente la Tierra. Nosotros pertenecemos a la Tierra por eso forma parte ella de nuestra religión. Las enseñanzas y las ceremonias giran en torno a ella y destruirla es acabarnos a nosotros.

Cosmovisión y Rituales

La Pipa Sagrada es el centro del culto religioso Sioux Oglala, la que les dejara Ptsan Win (“Mujer cría del Búfalo Blanco”) cuando enseñara los ritos sagrados. Se la conoce como la “Pipa de la Cría de Búfala” o “Pipa de la Cría“, en alusión a la descendencia de una mítica población de búfalos. Hoy con su envoltorio sagrado es objeto de veneración en la reserva Cheyenne-River de Dakota del Sur.

La leyenda cuenta que al principio los hombres vivían junto a los bisontes y otros animales, en una gran cueva subterránea, hasta que uno de sus jefes Tokahe los condujo hasta la superficie luego de sortear innumerables dificultades. Ahora debían aprender a procurarse sustento con la caza, vestirse y levantar viviendas. Tokahe y sus seguidores fueron el primer pueblo del mundo y sus hijos son los lakotas. Por eso a los seres humanos se les llamó wicasa akantula, “hombres de arriba”.

Los hombres y la naturaleza formaban un todo indivisible. No había diferencias entre lo natural y lo sobrenatural. Sentían repeto y temor ante lo incompresible. La suma de todos los hechos de explicación desconocida era “Wakan Tanka”, el “Gran Misterio”.

La pipa sagrada constituía el vínculo directo de los lakotas con Wakan Tanka, llevando en su humo hasta lo más alto del universo las plegarias de los hombres.

Los Wicasa wakan (“hombres sagrados”, chamanes) eran los únicos capaces de abarcar el intrincado sistema de los wakan se servían de un idioma ritual que dificultaba a los demás el acceso a los misterios religiosos. Ellos recibían de los seres wakan el poder de dar un espíritu a cualquier objeto. Se llegaba a ser chamán cuando se tenía una visión que le confería el poder de llevar a cabo misteriosos.

Todo hombre al nacer recibía tres espíritus:

  • Sichum: (“espíritu guardián“) que lo protegía de los malos espíritus, representaba la potencia de Wakan Tanka encarnada en el ser humano.
  • Niya: Espíritu que llegaba de las estrellas.
  • Nagi: El Alma, reflejo inmaterial e inmortal del cuerpo.

Al morir, Sichum y Nagi acompañaban a la persona hasta el otro mundo situado más allá de la Vía Láctea, luego regresaban adonde habían morado antes del nacimiento del difunto. Por otra parte, los restos mortales se descomponían hasta disolverse en la nada.

Cada cosa poseía un espíritu, que reflejaban las diferencias externas de las formas vivas, así no se percibían como reales, eran la mera manifestación física de las fuerzas internas.

Los vínculos entre los diversos seres wakan se expresaban en términos de parentesco: madres, padres, abuelos, …, todas las cosas del Universo estaban emparentadas. La “Mujer cría del Búfalo Blanco” es un ejemplo, enviada por el “Pueblo de los búfalos” para establecer lazos con los hombres de modo que éstos pudieran sustentarse y multiplicarse.

Los siete ritos sagrados:

1. La custodia del alma.

Purifican el alma de los muertos y acrecientan el amor al prójimo. El objetivo es que el alma y el espíritu se conviertan en uno y puedan regresar al lugar donde han nacido, sin necesidad de errar por la tierra, como es el caso de los hombres perversos. Este rito les recuerda la mortalidad, así como el Gran Espíritu esta más alla de toda muerte.

2. Inipi. El rito de la purificación

Se realiza en el onikaghe (cabaña de sudar -Temazcal) donde intervienen todos los Poderes del Universo: la Tierra y todo lo que nace de ella; el agua, el fuego y el aire. En este espacio sagrado se conectan con el Gran Espíritu, a través de una ceremonia los participantes salen purificados, permitiéndoles vivir como él quiere.

3. Hanblecheyapi. La imploración de una visión ( Búsqueda de la visión)

Esta oración es muy importante, fue practicada antes de la llegada a la tierra de la pipa sagrada. En cierto modo es el centro de la religión, gracias a ella se recibieron cuatro grandes ritos: la Danza del sol, el Parentesco, la Preparación de la joven y el Lanzamiento de la pelota.

Todo hombre puede implorar una visión, lo que así se obtiene depende en parte del carácter del que implora; sólo los hombres verdaderamente calificados reciben las grandes visiones, y éstas son luego interpretadas por los chamanes.

4. Wiwanyag Wachipi. La Danza del Sol

Es una ceremonia de “renovación del mundo” y de peticiones de fecundidad. Se realiza en Junio o Julio, cuando los frutos maduran, siempre en luna llena, pues el crecimiento y decrecimiento de la luna recuerda la ignorancia que va y viene; pero cuando la luna está llena es como si la Luz eterna del Gran Espíritu se extendiera por todo el mundo.

5. Hunkapi: El parentesco

En el rito del parentesco establecen el vínculo que refleja en el plano terreno el parentesco real que nunca ha dejado de existir entre el hombre y el Gran Espíritu.

Aman a Wakan Tanka en primer lugar, y más que a ninguna otra cosa, entonces deben amar al prójimo y reforzar los lazos, aún en el caso de que pertenezcan a otras tribus.

6. Ishna Ta Awi Cha Lowan: Preparación de la muchacha para los deberes de la mujer

Los ritos de preparación de la muchacha se realizan después del primer período menstrual; en este momento la muchacha se convierte en mujer. Se le enseña el significado de este cambio y las obligaciones que deberá cumplir a partir de entonces. Es necesario que tome conciencia que el cambio producido en ella es algo sagrado, pues desde ahora será como la Madre Tierra y podrá traer hijos, que deberán ser educados conforme a las vías del Gran Espíritu.

7. Tapa Wanka Yap. El lanzamiento de la pelota

No era un simple juego, sino un rito muy importante. Se practicaba con cuatro equipos y cuatro metas situadas en las cuatro direcciones. Representa el transcurso de la vida humana, vida que debería estar consagrada a tratar de agarrar la pelota, pues ésta representa el Gran Espíritu, o el Universo. Todos los participantes podían apoderarse de la pelota.

El baño de sudor o Temazcal, la búsqueda de visiones y la Danza del Sol son las ceremonias tradicionales que mejor reflejan la permanencia del Camino Rojo. Adaptándose este al lugar donde se encuentre.

La base de todo el ritual es la ceremonia de la purificación en el inipi, durante la cual los participantes se limpian tanto corporal como espiritualmente. Esta ceremonia puede celebrarse como rito independiente o servir de preparación a otro. En México se lleva a cabo en el Temazcal. No hay una teología, no hay dogmas. Solo hay tal vez cosas que aceptamos de forma personal, y que cambian conforme pasa el tiempo. No podemos capturar la fuerza que mueve a la Danza del Sol, solo comprenderla paulatinamente conforme pasa el tiempo. Pero no podemos abarcarla en su totalidad. Y si bien no podemos comprender al Gran Espíritu si podemos llegar a comprendernos a nosotros mismos.

Así comenzamos con la Búsqueda de la Visión, una ceremonia en donde se ayuna y se ora, se le llama en lakota Hanblecheyapi (“llanto por la visión”), se le llama llanto porque imploramos y pedimos la compasión de los seres wakan estando desnudos y a solas con nosotros mismos, en señal de humildad, y con abundantes lágrimas. De ese modo tratamos de persuadir a los espíritus a que reciban nuestra plegaria y si es posible a que acepten nuestro parentesco con ellos.

Para ello se coloca quien hace la búsqueda de la visión en un espacio recubierto de salvia, hierba sagrada de los seres wakan que aleja las fuerzas malévolas. Los cuatro puntos cardinales se marcan por medio de postes a los que se sujetan trozos de tela de colores, a guisa de ofrendas. Dentro de ese lugar sagrado, el “buscador de visiones”, implora y suplica a voces que le sea concebida una revelación, esperando así que los seres wakan lleguen a comunicarse con él. Así sabrá que lo han elegido para desempeñar en el mundo una tarea unificada. No se le dan instrucciones concretas sobre el modo de obrar, pero el tipo de visión que haya tenido determina ciertos actos o el cumplimiento de deberes específicos. Puede estar destinado, por ejemplo, a ejercer futuras funciones de curandero o a actuar como heyoka, que todo ha de hacerlo “hacia atrás”. Aunque la búsqueda de visiones es un asunto individual, muchas formas de visión se asemejan unas a otras, por lo que antiguamente los que habían tenido visiones análogas solían asociarse para ejecutar en común los correspondientes ritos. En este sentido, la visión es una experiencia a la vez individual y colectiva.

El Temazcal no está ligado todo el tiempo a una ocasión especial, también sirve para ayudar a relajarse y reforzar el sentimiento comunitario. Más aún que purificar el cuerpo haciendo que suden los que participan en esta ceremonia intentan purificarse espiritualmente alejando de sí todo mal pensamiento; por eso, el rito se acompaña de oraciones y cánticos. A esta purificación ritual debe uno someterse sobre todo antes de tomar parte en cualquier acto religioso importante, por ejemplo, la búsqueda de visión o la Danza del Sol. La Ofrenda representa las oraciones del pueblo entero dentro de la Danza, representa compromiso, y la seriedad de los actos del hombre.

La Danza del Sol es el acontecimiento ritual más importante del año. En lengua lakota se llama wi wanyang wacipi, cuyo significado literal es “danza de mirar fijamente al Sol”. No es adorar al Sol, es ayudar a renovar al mundo y de pedir por la naturaleza. Se busca la compasión del Gran Espíritu y de continuar con nuestro sacrificio como una raza, devolver la Vida que se nos ha dado, ser perdonados y darle la fuerza a otros que sufren tomando su dolor.

La fuerza nos la da el ayuno y la Ofrenda. Las danzas se ejecutan desde la mañana hasta la caída de la tarde y, como la ceremonia tiene siempre lugar en pleno verano, o sea a últimos de julio o primeros de agosto, los danzantes se pasan el día entero expuestos al Sol. A esto se añade un rígido ayuno, ya que durante todo ese tiempo les está prohibido tomar cualquier alimento sólido o líquido. La danza se desarrolla en ciclos sucesivos, sin otras interrupciones que las señaladas por músicos y cantantes al acabar los correspondientes himnos al Sol.

Después de cada ciclo, los que participan en la danza ofrecen a las cantantes una de sus pipas para que la fumen pasándosela unos a otros. Mientras esto dura, ellos pueden descansar bajo el toldo de ramas, pero una vez que la pipa se ha terminado de fumar comienza la siguiente ronda de danzas. Durante la misma los danzantes soplan constantemente por una especie de flauta de huesos de águila. La Ofrenda reservada a los hombres, tiene lugar el cuarto día y es básicamente una perforación. Para ello se colocan sobre una piel de bisonte, junto al poste sagrado, y el chamán les practica en el pecho, justo por encima de las tetillas, dos cortes paralelos en los que introduce púas de madera; luego anuda en estas púas una cuerda sujeta al poste. Las mujeres que participan en la danza están excluidas de esta prueba, pero a su modo también ellas ofrecen una Ofrenda, haciéndose arrancar del brazo algunos trocitos de piel. Asimismo, en esta ocasión se les perforan las orejas a los niños, acto simbólico por el que entran en la Tradición.

En la fase final de la ceremonia, los hombres deben intentar liberarse del poste al que están atados. Con este objeto danzan primero acercándose al poste, para rezar, y luego, alejándose de él sin volverse y echándose bien hacia atrás para tensar la cuerda, con lo que la piel de su pecho se pone también tensa. Ejecutan este doble movimiento tres veces y a la cuarta se dejan caer con todo su peso hacia atrás, desgarrándose la piel y soltándose así del poste. Los cánticos y danzas cesan cuando el último de los danzantes se ha liberado. Para cuantos toman parte activa en la Danza del Sol, ésta representa un auténtico sacrificio en su sentido más estricto. Pero incluso los que no se someten al rito de la Ofrenda ponen en ella a dura prueba su valor y resistencia física.

La Danza del Sol es danzarle a todo ello. Es una serie de ceremonias en las cuales se les agradece a los Espíritus y se forman Guerreros. Que buscan trascender sus propios errores y defectos. Son guerreros porque con quien luchas eres contigo mismo, el único enemigo a vencer; y que mas que enemigo es enfrentar a las fuerzas contradictorias que viven dentro de nosotros.

La Danza del Sol es cruda, porque no puedes escapar de ti mismo ni engañarte. Se ofrenda tu dolor para liberarte de él y para tomar el dolor de aquellos que ya no pueden soportarlo; es tomar su lugar brevemente y hablar con los espíritus para que los conforten y guíen mientras les ayudas a sostenerse. En la danza ofrendas tu carne porque no hay nada más que dar. Porque nada mas te pertenece realmente, todo lo demás solo es temporal y es prestado. Se ofrenda una parte de la carne para regresar a la Tierra sus regalos, para alimentarla, para honrar.

Los cantos se perdieron en su mayoría, así que se usan los cantos de los Abuelos lakotas o en náhuatl. ¿Por qué? Porque el tiempo le da fuerza a un canto, porque quienes los cantaron la cantan de nuevo cuando nosotros recordamos las viejas canciones. Porque cuando cantamos ello somos sostenidos por la fuerza de los Ancestros y sus actos, los cuales no debemos deshonrar mientras sostenemos nuestra voz con nuestros actos. Aquí en México es así como el Camino Rojo es sincrético: náhuatl-lakota. Pues ambos pueblos son hermanos y son el norte quienes regresaron para sostenernos mientras recordamos de nuevo este camino.


¿Es un indígena americano nativo sólo aquel que puede dar muestras de que es uno de pura sangre? ¿Es un mestizo que usa atuendos indígenas un nativo americano? O, ¿Puede cualquiera ser un indígena? Puede ser todo esto, o nada de esto; no hay diferencia. Todos somos humanos, somos de “la raza de cinco dedos”.

Oso Parado
Published in Cultura, Espíritu

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